CASOS PRÁCTICOS


Un niño de 9 años que presenta micciones incontroladas (enuresis primaria) y no parece haber factores orgánicos o ambientales que justifiquen el mantenimiento del problema. El niño es muy responsable, pero vive con mucha angustia. Tiene miedo que sus compañeros se enteren y se rían de él. Su estado de ansiedad va en aumento al sentir que está creciendo y aún persiste el problema.

El tratamiento psicológico habitual está siendo ineficaz (conversaciones y seguimiento) y dado al alto componente de ansiedad asociado parece un buen candidato a la técnica de intervención: intención paradójica. Como parte del tratamiento vamos a darle permiso para que se haga pipi en la cama durante un tiempo (los padres deberán tomar las precauciones pertinentes). Es más, se le insistirá que creemos que para poder ayudarle sería importante que se le escapara el orina una que otra noche. De lo que se trata no es de que voluntariamente lo haga en la cama (en caso que se despertara con la necesidad de ir al baño así debería hacerlo) sino que si se le escapa no tan sólo no pasa nada sino que es un señal que estamos avanzando en la solución.

La base de esta paradoja tiene el propósito de descargar emocionalmente al niño de la culpabilidad de hacerse pipi en la cama. La ansiedad que antecede a la acción ya no tiene razón de existir. En estas circunstancias es muy posible que el niño disminuya los episodios de cama mojada y que afronte con mayor éxito posteriormente el tratamiento convencional.


Un hombre de 33 años, con gran ansiedad laboral y problemas familiares. Tiene miedo a que su adicción le provoque serias dificultades de salud que sean irreversibles; pero sus continuos problemas personales lo agobian diariamente, provocando que el consumo del cigarro sea cada vez mayor.

En este caso se utilizará una técnica aversiva, donde se le pedirá que fume todo lo más rápido que pueda, inhalando el humo cada 6 segundos hasta que no sea capaz de seguir, pero sin llegar a vomitar o perder la conciencia. Que descanse 5 minutos, y en ese tiempo debe fijarse en las sensaciones desagradables que le han causado, y tras este tiempo vuelve a fumar rápidamente como al principio. La finalidad es que lo que en un principio le producía relajación y tranquilidad se convierte en algo desagradable.

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